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Historia
Es el 13 Enero de 1918, que llegan a la República Dominicana la Pareja de Misioneros El Revdo. Salomón y Dionicia Feliciano, esta pareja dio inició a sus primeros esfuerzos por las misiones en la Ciudad de Azua permaneciendo allí por un mes y medio, luego se trasladaron a San Pedro de Macorís, una Importantes Provincia portuaria.
Cientos de Personas se acercaban para oír al matrimonio en los servicios que celebraban al aire libre. El mensaje era algo totalmente nuevo, los que confesaban a Jesucristo como su salvador, no se avergonzaban de arrodillarse en la calle y Pedir a Dios perdón por sus pecados. Un hombre de 70 años, que había estado enfermo por los últimos veinte años, testifico haber recibido sanidad y afirmo que Dios había enviado esta pareja de Misionero a la República Dominicana.
Los Feliciano tuvieron que enfrentar la crónica escasez de alimentos producida por la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Las Pulperías (Colmados) estaban vacías; faltaban los productos de Primera Necesidad tales como: Harina, arroz y papas. Luego en la Provincia de Azua tuvieron que vivir en un bohío de paja, con piso de tierra. Dado que en Macorís no se podía conseguir una casa por menos de $ 80 mensuales. Tuvieron que resignarse a seguir celebrando los cultos en las calles. Salomón envió a su esposa e hijas de vuelta a puerto rico pensando que iba poder manejar la crisis. Después de varios meses también se regresó a su país.
Tomando en cuenta las palabras de Julio Postigo testigo ocular, podemos darnos cuenta de que el Movimiento Pentecostal tuvo un comienzo glorioso en la República Dominicana por espacio de un año, para luego cesar, o permanecer casi inerte por un periodo de doce años, de 1918 al 1930, hasta la llegada del hermano Francisco Hernández quien fue el segundo Misionero Pentecostal que desembarcó en la República Dominicana.
San Pedro de Macorís tuvo el privilegio de ser la cuna del Pentecostalismo en la República Dominicana. De allí se extendió a la Romana, El Seíbo, Santo Domingo, Higuey, y a los más remotos campos del País.
Esta iglesia ha disfrutado de un ambiente Misionero internacional desde sus orígenes. Esta es la evidencia histórica. Además del hermano Juan Crispulo Riveras y los Misioneros ya Mencionados, han servido como Misioneros en la República Dominicana, los Revdos. Alberto Martínez Lugo e Ismael Torres, quienes han sido los misioneros de mayor estadía en suelo Quisqueyano.
Aun cuando no haya fungido como misionero oficial desde 1972, Alberto Martínez, al permanecer en aquella tierra tanto por razones de sus estudios en medicina como en la práctica de la misma, se ha mantenido como colaborador en el cuerpo ministerial y de la obra en general.
Sabido es que el Revdo. Alberto Martínez y su esposa Rosalina Cardona salen al trabajo Misionero a la República Dominicana en 1961 previa algunas experiencias Pastorales en Puerto Rico