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Historia

Es el 13 Enero de 1918, que  llegan a la República Dominicana la Pareja de Misioneros El Revdo. Salomón y Dionicia Feliciano, esta pareja dio inició a sus primeros esfuerzos por las misiones en la Ciudad de Azua permaneciendo allí por un mes y medio, luego se trasladaron a San Pedro de Macorís, una Importantes Provincia portuaria.
Cientos de Personas se acercaban  para oír al matrimonio en los servicios que celebraban al aire libre. El mensaje era algo totalmente nuevo, los que confesaban a Jesucristo como su salvador, no se avergonzaban de arrodillarse en la calle y Pedir a Dios perdón por sus pecados. Un hombre de 70 años, que había estado enfermo por los últimos veinte años, testifico haber recibido sanidad y afirmo que Dios había enviado esta pareja de Misionero a la República Dominicana.

Los Feliciano tuvieron que enfrentar la crónica escasez de alimentos producida por la Primera Guerra Mundial (1914-1919). Las Pulperías (Colmados) estaban vacías; faltaban los productos de Primera Necesidad tales como: Harina, arroz y papas. Luego en la Provincia de Azua tuvieron que vivir en un bohío de paja, con piso de tierra. Dado que en Macorís no se podía conseguir una casa por menos de $ 80 mensuales. Tuvieron que resignarse a seguir celebrando los cultos en las calles. Salomón envió a su esposa e hijas de vuelta a puerto rico pensando que iba poder manejar la crisis. Después de varios meses también se regresó a su país.

Tomando en cuenta las palabras de Julio Postigo testigo ocular, podemos darnos cuenta de que el Movimiento Pentecostal tuvo un comienzo glorioso en la República Dominicana por espacio de un año, para luego cesar, o permanecer casi inerte por un periodo de doce años, de 1918 al 1930, hasta la llegada del hermano Francisco Hernández quien fue el segundo Misionero Pentecostal que desembarcó en la República Dominicana.
San Pedro de Macorís tuvo el privilegio de ser la cuna del Pentecostalismo en la República Dominicana. De allí se extendió a la Romana, El Seíbo, Santo Domingo, Higuey, y a los más remotos campos del País.

Esta iglesia ha disfrutado de un ambiente Misionero internacional desde sus orígenes. Esta es la evidencia histórica.  Además del hermano Juan Crispulo Riveras y los Misioneros ya Mencionados, han servido como Misioneros en la República Dominicana, los Revdos. Alberto Martínez Lugo e Ismael Torres, quienes han sido los misioneros de mayor estadía en suelo Quisqueyano.

Aun cuando no haya fungido como misionero oficial desde 1972, Alberto Martínez, al permanecer en aquella tierra tanto por razones de sus estudios en medicina como en la práctica de la misma, se ha mantenido como colaborador en el cuerpo ministerial y de la obra en general.
Sabido es que el Revdo. Alberto Martínez y su esposa Rosalina Cardona salen al trabajo Misionero a la República Dominicana en 1961 previa algunas experiencias Pastorales en Puerto Rico

En esto creemos

DECLARACIÓN DE FE

Introducción
Las Sagradas Escrituras constituyen nuestra toda suficiente regla de fe y conducta. En ellas fundamentamos nuestra creencia en Dios. Por lo tanto, las declaraciones de verdades fundamentales que siguen, extraídas del Libro Sagrado,” La Biblia” son tenidas por base de nuestra fe y comunión cristiana.¹La fraseología que usamos en esta declaración no la tenemos por inspirada, pero las verdades que en ella expresamos, las consideramos esenciales para un completo ministerio cristiano. Esta declaración no contiene todas las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, pero sí, aquellos artículos de fe necesarios en los cuales basar nuestra comunión cristiana, acordes con la revelación divina. Por lo tanto, creemos en:

Sección A. Las Sagradas Escrituras
La Biblia, los sesenta y seis libros del Antiguo y Nuevo Testamento son verdaderamente inspirados por Dios, sin error en sus escritos originales y que son la autoridad suprema y final de fe y conducta. Entendemos por inspiración la influencia que Dios, Espíritu Santo ejerció sobre cada escritor de las Sagradas Escrituras sin impedir la participación del intelecto humano en la comunicación de la verdad sagrada.²

Sección B. El Dios único y verdadero
Se ha revelado a sí mismo como el Todopoderoso, Creador del Universo,³ quien al manifestarse como “Yo Soy”,⁴ es en sí mismo el Eterno. En su revelación, al ser una Unidad de personas se presenta como Uno,⁵ aunque existe eternamente en tres personas a saber: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, una Trinidad.

1. La Adorable Deidad
Esta grandiosa y misericordiosa Deidad está compuesta por tres personas, de ahí que hablemos de Tres Personas distintas y un solo Dios verdadero.⁶ Tanto el vocablo Trinidad como personas no se encuentran en las Sagradas Escrituras, pero son términos que están implícitos en ella y que la iglesia Cristiana los adoptó para definir su conocimiento de Dios, los mismos guardan armonía con la Palabra de Dios. Cuando hablamos de Trinidad nos estamos refiriendo a la composición de la Deidad en tres subsistencias, revelado en las Escrituras como Padre, Hijo y Espíritu Santo.⁷ Por subsistencia, significamos la forma propia de ser de Dios. Así pues, Dios es en tres formas propias, cada una en particular poseyendo los atributos que definen la personalidad, a saber: pensamiento, voluntad y sentimiento. La iglesia primitiva a través de su testimonio inspirado, en la literatura neotestamentaria, afirma que Dios es trino, a saber: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estas personas constituyen el solo y único Dios.
³ Gn 1:1; Is.45:12, 18; Hb.- 1:10.
⁴ Ex. 3:14.
⁵ Dt. 6:4.
⁶ Gen. 1:1; Is.45:12-18, Hb. 1:10.
⁷ Gen. 1:26,II co. 3:14, Mt. 3:16-17, 28:19

2. Distinción y relación en la Deidad
En el Nuevo Testamento encontramos la encarnación del Hijo en Jesús de Nazaret y la Escritura afirma que es milagro es obra y gracia del Espíritu Santo.⁸ Evidenciando esto, que Dios es uno, pero también trino, dándose en la relación de Padre, Hijo y Espíritu Santo, como puede comprobarse en el bautismo de nuestro Señor Jesucristo.⁹
3. La Trinidad

A. El Padre
Padre (Pater) – Designa la primera persona de la Trinidad. Nombre que describe a Dios como el originador todas las cosas y aún de los seres humanos. El Hacedor se da a conocer en una relación de amor para con sus hijos, los hombres.¹⁰ Esta expresión paternal de amor en Dios llega a su plenitud al entregar a Jesucristo su Hijo al sacrificio en la cruz para la Salvación del hombre, constituyendo a aquellos que mediante la fe le acepten, en “hijos de Dios”.¹¹
4. Nombres del Padre
En las Escrituras encontramos que Dios se revela al hombre por medio de sus nombres nombres consideramos algunos:
a) Elohim traducido es Dios, nombre del singular Eloah, cuya aceptación designa a Dios como el fuerte
⁸ Mt. 1:18, Lc.1:35
⁹ Mt. 3:16-17, 11:25-27, Lc. 1:35
¹⁰ Gen. 1:27; Is. 64:8; Mt. 5:48; 6:6-9
¹¹ Jn.1:12
y poderoso o como el que Es e implica plenitud de poder.
Desde el punto de vista cristiano, alude a la Trinidad.¹² En el Nuevo Testamento, su equivalente es Theos.
b) Jehová (Yahveh) – La Deidad se da a conocer por medio de este nombre que significa el Dios que tiene existencia en sí mismo, o el Eterno que se revela a su pueblo para librarlo.¹³
c) Adonai (Señor) – Este nombre significa juzgar, gobernar y designa a Dios como el Todopoderoso regente quien -están sujetas las cosas y ante quien el hombre se relaciona como siervo.¹⁴ En el Nuevo Testamento se usa como equivalente al término Kurios.
d) El Shaddai (Todopoderoso) – Dios, mediante este sustantivo personal, manifiesta su Omnipresencia para sustentar, fortalecer y dar toda clase de provisión a su pueblo.¹⁵
e) El Santo – Este nombre señala la santidad de Dios que constituye su naturaleza esencial, y lo presenta como aquel ser que está por encima de todas las criaturas y es absolutamente distinto a lo creado. Representa en la Divinidad su excelencia moral, aborreciendo el pecado y exigiendo pureza a sus criaturas.¹⁶
¹² Gn. 1:26; 3:22, 11:7; Is. 6:8
¹³ Ex. 3:14-15; 6:6; Josué 5:14
¹⁴ Josué 7:8; Sal. 136:3, Dn. 2:47; Mt. 4:10
¹⁵ Gn.17:1; 28:2,4; Ex. 6:3;Sal. 46:1; Fil. 4:19
¹⁶ Lev. 19:2, Is.6:1-3
f) El Santísimo (El Elyon) – Las Escrituras registran este nombre presentando a Dios como el Creador de los cielos y la tierra y quien tiene dominio sobre ellos, ubicándose más allá del hombre. También su inmanencia al denominarlo creador de la tierra y quien ejerce autoridad sobre ella. Así entonces, se revela a Dios como el que es: aquél que, a pesar de su grandeza y excelsitud, interviene en la vida del para su bienestar y quien gobierna tanto los cielos como la tierra.¹⁷
g) Pater (Padre) – Designa la primera persona de la Trinidad. Nombre que describe a Dios como el originador de todas las cosas y aun de los seres humanos. El Hacedor se da a conocer en una relación de amor para con sus hijos, los hombres,¹⁸ y esta expresión de amor paternal en Dios llega a su plenitud al entregar a Jesucristo su Hijo al sacrificio en la cruz para la salvación del hombre, constituyendo a aquellos que mediante la fe le aceptan en hijos legítimos.¹⁹
B. El Hijo
Es la segunda persona de la Trinidad. Su naturaleza es Divina y eterna, es el unigénito del Padre; pero en cuanto a su naturaleza humana es el Hijo del Hombre. Es Dios “manifestado en carne”.²⁰ Fue enviado por el Padre con el propósito de redimir al ser humano del pecado. Murió por nuestras transgresiones, fue
¹⁷ Sal.83:18; Is. 6:11; Dan. 4:32; Lc. 1:32-35
¹⁸ Deut. 32:6; Sal. 103:13; Is. 64:8; Mt. 5:48,6:6-9
¹⁹ Jn. 1:12
²⁰ 1Ti. 3:16
sepultado y resucitó en victoria sobre la muerte.²¹ Ascendió a los cielos donde intercede por nosotros. Vendrá de forma inminente para arrebatar a los santos para llevarlos a la Casa del Padre.²²
1) Títulos dados al Hijo
a) Señor – implica dominio, toda autoridad sobre todas las cosas y posesión de todo lo creado.²³
b) Emmanuel – (Dios con nosotros) – El Señor Jesucristo, en cuanto a su naturaleza divina y eterna, es el Unigénito del Padre; pero en cuanto a su naturaleza humana, es el Hijo del Hombre. Desde luego, Él es reconocido como Dios y Hombre, y por cuanto es Emmanuel es Dios con nosotros.²⁴
c) Hijo de Dios – El nombre Emmanuel abarca ambas cosas. Dios y hombre en una persona, nuestro Señor Jesucristo. Se entiende que el título Hijo de Dios describe su propia deidad e Hijo de Dios describe su propia deidad e Hijo del Hombre su propia humanidad. De modo que el título Hijo de Dios pertenece al orden de la eternidad y el Hijo del Hombre al orden del tiempo.
d) “Hijo del Hombre – Se designa de esta manera a Jesús indicando su humanidad para identificarlo con los hijos de los hombres y describirlo como representante en el establecimiento del Reino de Dios sobre la tierra. Por lo tanto, señala la misión mesiánica del Hijo de Dios.²⁵
²¹ I Co. 15:3-4
²² Hch. 1:9-11; Hb.7:25; Jn. 142-3
²³ Mt. 7:21, 11; Lc. 2:11; 24:34; Jn.13:13; 20:28; Fil.2:10-11
²⁴ Jn. 1:12
²⁵ Mt.26:64;Lc.19:10; 12:8
e) Cristo o Mesías– Cristo es la forma griega del vocablo hebreo Mesías que significa “El Ungido”. El que fue escogido desde antes de la fundación del mundo para ser el Mesías o el Cristo, fue investido públicamente de su dignidad en el Jordán cuando vino sobre Él la unción del Espíritu Santo.²⁶
f) Hijo de David – (Línea genealógica real) – Este título es equivalente a Mesías, ya que una de las cualidades importantes del Mesías era descendencia de David. Como recompensa a su fidelidad, Dios prometió a David una dinastía eterna. Cristo, como hijo de David, cumplirá la promesa y profecía hecha a éste cuando se siente en el trono milenial como su heredero. ²⁷
2) Nombre dado al Hijo
Antes de su nacimiento el ángel Gabriel anunció que el fruto del vientre de María habría de llamarse Jesús, porque Él salvaría su pueblo de pecados. Sobre la cruz cumplió la misión indicada por su nombre, puesto que el salvar al hombre del pecado requiere expiación, y la expiación implica muerte. Durante toda su vida vivió de acuerdo a su nombre; fue siempre el Salvador.²⁸
3) Preexistencia y Encarnación de Cristo
Creemos que Jesucristo obtuvo el título de Hijo de Dios no simplemente del hecho de la encarnación o por su relación o la economía de redención, sino que existe desde la eternidad. De manera que negar
²⁶ Mt.3:16; Hch. 10:38
²⁷ 2 Samuel. 7:12-16; Is. 9:7; Mt. 1:1; Mc. 10:47; Lc.1:32
²⁸ Lc.1:31,Mt.1:21; Rom. 6:23; Hch. 4:11-12
e) Cristo o Mesías– Cristo es la forma griega del vocablo hebreo Mesías que significa “El Ungido”. El que fue escogido desde antes de la fundación del mundo para ser el Mesías o el Cristo, fue investido públicamente de su dignidad en el Jordán cuando vino sobre Él la unción del Espíritu Santo.²⁶
f) Hijo de David – (Línea genealógica real) – Este título es equivalente a Mesías, ya que una de las cualidades importantes del Mesías era descendencia de David. Como recompensa a su fidelidad, Dios prometió a David una dinastía eterna. Cristo, como hijo de David, cumplirá la promesa y profecía hecha a éste cuando se siente en el trono milenial como su heredero. ²⁷
2) Nombre dado al Hijo
Antes de su nacimiento el ángel Gabriel anunció que el fruto del vientre de María habría de llamarse Jesús, porque Él salvaría su pueblo de pecados. Sobre la cruz cumplió la misión indicada por su nombre, puesto que el salvar al hombre del pecado requiere expiación, y la expiación implica muerte. Durante toda su vida vivió de acuerdo a su nombre; fue siempre el Salvador.²⁸
3) Preexistencia y Encarnación de Cristo
Creemos que Jesucristo obtuvo el título de Hijo de Dios no simplemente del hecho de la encarnación o por su relación o la economía de redención, sino que existe desde la eternidad. De manera que negar
²⁶ Mt.3:16; Hch. 10:38
²⁷ 2 Samuel. 7:12-16; Is. 9:7; Mt. 1:1; Mc. 10:47; Lc.1:32
²⁸ Lc.1:31,Mt.1:21; Rom. 6:23; Hch. 4:11-12
que el Hijo es real y eterno, es una negación a la Deidad de Dios; destruir la verdad de que Jesucristo es venido de la carne.²⁹
4) Exaltación de Jesucristo como Señor
El Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, habiéndose entregado a sí mismo para la limpieza de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, quedando sujetos a Él los ángeles, potestades y principados. Y habiendo sido hecho Señor y Cristo, rogó al Padre que nos enviara al Espíritu Santo a fin de que podamos doblar nuestras rodillas y confesar que Él es el Señor para gloria de Dios el Padre hasta el fin cuando el Hijo se sujetará al Padre para que Dios sea el Todo en todos.³⁰
5) Sujeción al Señorío Divino del Hijo
Puesto que el Padre ha entregado todo juicio al Hijo, no solamente es deber expreso de todos los que están en los cielos y en la tierra doblar las rodillas, sino que hay gozo inexplicable por el Espíritu Santo en ellos al atribuir al hijo todos los atributos de la Deidad y dar a Él todo el honor y la gloria contenidos en todos sus nombres y títulos divinos. Así honramos al Padre y al Hijo al mismo tiempo.³¹
C. El Espíritu Santo
El Espíritu Santo es una Persona Divina, es consubstancial y coexistencial con el Padre y el Hijo. Convence al mundo de pecado, de justicia y de
²⁹ Jn. 1:1, 2, 14, 18; 29-49; 8:57-58; 1Jn. 2:22-23; 4:1-5
³⁰ Jn. 16:7;Hch. 2:32-36; 1Co. 15:24; Ef. 1:19-23
³¹ Jn. 5:22-23; 1Pedro 1:8; Apoc. 5:6-14; 7:9-10
juicio. Regenera a los creyentes, habita en ellos y los fortalece. Los capacita para desarrollar el carácter cristiano. Los santifica, los bautiza y los sella para el día de la redención. Fortalece la vida devocional y los guía al servicio cristiano.³²
4. Cooperación en la Deidad
El Diostrino, quien es y actúa en tres personas, muestra su perfección en la coordinación y colaboración armónica en que esas personas laboran. La principal obra del Padre es la creación del Universo. La principal obra del Hijo es la redención del hombre, y la del Espíritu Santo es la santificación del creyente. En la economía de la salvación del hombre, el Padre ama y envía al Hijo, el Hijo adviene y logra la reconciliación del hombre con el Padre; el Espíritu Santo afluye y hace realidad esa reconciliación en el hombre. De modo que, aunque las personas en la Trinidad comparten una esencia, los ministerios son diferentes, y sus acciones salvíficas se llevan a cabo en un plano de gran cohesión y comunión”.³³
Sección C. La Iglesia
La Iglesia es la institución del Nuevo Testamento, hombre. De modo que, hombre De modo que, sacrificio vicario en la cruz del Calvario.³⁴ La misma está compuesta por aquellos que se constituyen en hijos de Dios al recibir a Cristo como su Salvador.³⁵ Como institución divina, su permanencia está
³² Gn. 1:2-3; Jn. 16: 8-11; Ti.3:15, 1 Co. 6:19; Ef. 3:16; Gá.5:22-23; 1 P.1:2, Ef. 1:13-14; 4:30; 6:18; Jud.20; Hch. 13:2
³³ Gn. 1:26;11:7; Is. 42:5, Ro.3:24; 1P. 1:2; Jn. 5:17
³⁴ Ef. 5:25
³⁵ Jn. 1:12
 
Claro, aquí tienes la transcripción de las páginas adicionales, continuando la secuencia:
garantizada, a pesar de los ataques del enemigo.³⁶ La Iglesia está compuesta por los santo que están en la tierra (la parte visible), y todos aquellos muertos en Cristo desde el Calvario hasta el rapto de los salvados. La iglesia es en su expresión humana más amplia, una composición étnica de extensión universal.³⁷
Sección D. Doctrinas Cardinales
1. La Salvación del Hombre
Las Sagradas Escrituras revelan las siguientes realidades respecto al ser humano:
a) Condición Original
El hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza, era por tanto un ser con sentido moral, intelectual y espiritual. Se distinguía del resto de las criaturas por poseer espiritualidad, plenas facultades cognoscitivas e inmortalidad (Gn. 1:25;3:23-24).
b) La caída y sus consecuencias
El hombre pecó, y por su transgresión a la ley divina, fue destituido de la comunión y armonía con su Creador. Perdió la mayordomía sobre la naturaleza creada y experimentó la muerte física.
c) La provisión de Dios
A pesar del fracaso espiritual del hombre, Dios en su amor se propuso restaurarlo por medio del sacrificio vicario de Jesucristo en la cruz, elevado precio de nuestra redención(Is.53:5-7; Ro 5:17-19; Hch 4:12;
³⁶ Mt. 16:18
³⁷ Ap. 5:9
1Pe2:24-25). La gracia de Dios que trae salvación al hombre ha sido manifestada al género humano por la predicación del arrepentimiento hacia Dios y fe en el Señor Jesucristo. El hombre es salvo cuando acepta por la fe el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario, aceptando, a su vez, el ministerio del Espíritu Santo que redarguye de pecado y guía por la senda de la justicia. Así, el hombre justificado, por gracia, regenerado, santificado y actuando en fe, viene a ser heredero de Dios, según la divina promesa de vida eterna (Tit. 2:11; 3:5-7; Lc 24:47). Esta Salvación provista por Dios incluye:
1) Justificación – Es un acto de la libre gracia de Dios, por el cual Él perdona nuestros pecados y nos acepta como justos delante de sus ojos, sólo por la justicia de Cristo imputada a nosotros y recibida por la sola fe. (Ro. 3:24-26; 5:1, 8-9).
2) Regeneración – Es un acto de Dios por el cual el hombre experimenta el nuevo nacimiento. Por la regeneración el que estaba muerto en delitos y pecados es hecho partícipe de la naturaleza divina y recibe vida eterna, que es regalo de Dios. La evidencia de la regeneración son los frutos dignos de arrepentimiento y la novedad de vida (2Co.5:17; Jn. 3:3; Ef. 2:1-6; 4:22-24; 2Pe. 1:4)
3) La Santificación – Las Sagradas Escrituras enseñan una vida de santidad “sin la cual nadie verá al Señor” (Hb. 12:14; 1Pe. 1:16). La santificación abarca dos ideas: Separación del pecado y dedicación a Dios y su servicio (1Ts. 4: 1-7; 2Ti. 2:21; Ef. 4:24;
Col. 3:9). Siempre que una persona o una cosa es separada de las relacione comunes de la vida para ser dedicada a usos sagrados, tal persona o cosa ha sido separada o santificada para Dios. La santificación es posicional e instantánea. El creyente es colocado en el estado de santificación instantáneamente por un sencillo acto de fe en Cristo (1Co. 6:11; Hb. 10: 10-15). Es además práctica y progresiva. En el proceso de santificación somos transformados gradualmente y vamos creciendo de gloria en gloria (2Co. 3:18; 2Pe. 3:18; 1Ts. 3:12). La completa santificación se alcanzará en nuestro encuentro final con el Señor Jesucristo. La santificación es la voluntad de Dios para todos los creyentes y debe ser diligentemente practicada mediante la obediencia a la Palabra de Dios (Hb. 12: 14; 1 Pe. 1:15-16; 1Ts. 4:1).
1. El Bautismo en el Espíritu Santo
a) La Promesa del Padre
Todos los creyentes tienen derecho a la promesa del Padre que es el Bautismo en el Espíritu Santo y fuego, según el Mandamiento de nuestro Señor Jesucristo. Todos deben buscarlo ansiosamente y ardientemente esperarlo. Esta fue la promesa primitiva. Con ella viene la investidura de poder para vivir y servir (Lc. 11:13; 24:49; Hch.1: 4-8; 2:38-39); también, los dones del Espíritu Santo y sus operaciones en la obra del ministerio (1Co. 12: 1-11; Ro. 12: 6-8; 1Pe. 4: 10-11). Esta unción maravillosa es distinta y subsiguiente a la experiencia del nuevo nacimiento.
b) La Evidencia del Bautismo en el Espíritu Santo
El Bautismo del Espíritu Santo es para todos (Hch. 2:4, 38-39) los creyentes, y tiene como evidencia inicial la señal física de hablar en otras lenguas como el Espíritu les da que hable (Hch.2:4; 10:44; 19:1-6). El hablar en lenguas en este instante es el mismo en esencia que el don de lenguas que aparece en 1 Cor 12:10 28, pero diferente en propósito. Cuando lo que se manifiesta es el don de lenguas se espera que haya interpretación (1Co. 14: 2- 4; 14:13).
2. La Sanidad Divina
Las Sagradas Escrituras nos presentan la sanidad divina como una provisión de Dios para todos los creyentes (Ex.15:26; Sal.103:3). La enfermedad y la muerte son señaladas como consecuencias de la caída del hombre (Ro. 5: 12; Hch. 10:38). Cristo, al reconciliarnos con Dios, mediante la fe en su sacrificio expiatorio, llevó nuestras enfermedades (Is. 53:4-5; Mt. 8: 16-17). No obstante, su obra salvífica, en lo que a sanidad se refiere, se ha cumplido parcialmente, pero tiene, además, implicaciones escatológicas. Parcialmente, porque, aunque liberados de las enfermedades que son producto del pecado original heredado por todos los hombres, todavía, como resultado de nuestra naturaleza humana caída, padecemos las enfermedades. Llegará el momento en la culminación del plan redentor de Dios para la humanidad, en que el pecado desaparecerá y en el nuevo mundo de Dios, seremos libres totalmente de esos sufrimientos,³⁸ por medio de nuestra fe en Jesucristo, podemos experimentar curación, siempre
³⁸ Ap. 21:4, 22:2
y cuando nuestra enfermedad no sea el resultado de nuestra desobediencia o impiedad y requiera confesión de nuestra parte. También, puede Dios permitir alguna condición de afección física para nuestro Crecimiento espiritual.³⁹ A la Iglesia de Cristo se le ha conferido la facultad espiritual de proclamar y extender la curación divina a toda persona.⁴⁰ En el pasado, a través de los profetas en el Antiguo Testamento, y en la Iglesia Primitiva por medio de los apóstoles, la sanidad divina fue una realidad. Para hoy, el propósito de Dios no ha cambiado y desea hacer partícipe a sus criaturas humanas de sus bondades; y la sanidad divina es una de ellas.⁴¹
3. Segunda Venida de Cristo
La Segunda Venida de Cristo consiste de dos fases, en la primera fase, los muertos en Cristo y los creyentes vivos serán transformados y trasladados para encontrarse En la tierra, Cristo descenderá visiblemente con los santos para establecer su Reino Milenial.
Sección E. Las Ordenanzas de la Iglesia
Las Escrituras neotestamentarias enseñan que los creyentes en Cristo practicarán las siguientes ordenanzas:
1. Bautismo en Agua
Para participar de esta ordenanza el creyente deberá tener la capacidad mental, emocional y Espiritual
³⁹ Mt. 8:5-13, Stg. 5:14-15, Job. 2:2-8
⁴⁰ Mt. 10:7-8, Lc. 10:9, Mc. 16:15-18
⁴¹ 1 Reyes 17:17-23, 2 Reyes 4:32-37, Hch. 3:1-9, 9:32-41; Stg. 5:13-15
necesarias y ser instruido en los principios fundamentales de las Sagradas Escrituras y las doctrinas de la Iglesia. Esta ordenanza del bautismo en agua por inmersión en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, como sepultado⁴² juntamente con Cristo,⁴³ deberá observarse como se ordena en las Sagradas Escrituras, para todos los que realmente se han arrepentido, y en sus corazones verdaderamente han aceptado a Cristo como su Salvador y Señor. Al así hacerlo el creyente declara que ha sido separado del mundo al morir con Jesús y que también ha sido levantado con Él para andar en una nueva vida.⁴⁴
2. La Cena del Señor
La Cena del Señor consiste de los elementos siguientes: el pan sin levadura levadura y del fruto de la vid (Jugo de Uva), como símbolo que expresa nuestra participación de la naturaleza divina de nuestro Señor Jesucristo; es un recuerdo de su pasión y muerte, un acto profético de su segunda venida; una expresión de nuestra mutua comunión como creyentes en Cristo; y por tanto, está ordenada a todos los fieles hasta que Él venga.⁴⁵ Los elementos son el pan sin levadura y el fruto de la vid. El pan simboliza el cuerpo glorioso de Cristo que nos vivifica el fruto de la vid, su sangre que nos limpia de todo pecado. Participar de esta ordenanza significa que somos el Cuerpo de Cristo.
⁴² Mt. 28:19
⁴³ Romanos 6:3-6, Marc. 16: 15-16, Hch. 10:47-48
⁴⁴ Romanos 6:4
⁴⁵ 2 P.1:4, 10:17, Mt. 26:26-29, 1Cor. 11:23-26
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DECLARACIÓN DE FE Y REGLAMENTOS,
Sección F. El Ministerio y la Evangelización
La obra del ministerio y la evangelización corresponden a la Iglesia y consiste en predicar el evangelio a toda criatura y presentarles el Plan de Salvación como se enseña en las Sagradas Escrituras. La Iglesia debe hacer de la evangelización una realidad proclamando el evangelio de nuestro Señor Jesucristo.⁴⁶ La obra cumbre del calvario fue provista por nuestro Señor Jesucristo para un doble propósito, a saber: la evangelización del mundo y la edificación del Cuerpo de Cristo, su Iglesia. Para esa gran tarea un ministerio divinamente llamado y bíblicamente ordenado, ha sido provisto por nuestro Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento.⁴⁷
Sección G. Los Eventos Finales
Sostenemos que las Sagradas Escrituras enseñan lo siguiente acerca de los eventos finales:
1. La Bendita Esperanza de Redención
Creemos en la premilenial e inminente venida de Cristo para reunir a su pueblo: “La Iglesia” con Él. Este glorioso acontecimiento ha sido denominado el rapto. Esto es la resurrección de los que han dormido en Cristo y su traslado juntamente con los creyentes que viven para encontrarse con su Señor en el aire.⁴⁸ Sea notorio que después de esto habrá un periodo como de siete (7) años, llamado “La Gran Tribulación”. En este tiempo del anticristo se manifestará y será destruido en la batalla de
⁴⁶ Mt. 28:19-20, Mc. 16:15-18, Hch 1:8
⁴⁷ Hch. 13:1-3, Rom. 10: 14-45, 1Co. 9:16-18
⁴⁸ 1 Tes. 4:16-17, Rom. 8:23, 1 Co. 15
Armagedón. Luego la revelación de Cristo con sus Ángeles en llama de fuego y con sus santos (La Iglesia) para ejecutar juicio sobre la tierra.⁴⁹ Creemos que estas profecías se cumplirán en su debido tiempo sin cometer el error de fijar fechas a la Segunda Venida de Cristo.
2. El Reino Milenial de Cristo
El Milenio se refiere a un período de mil años que comienza con la Segunda Venida personal y visible de Jesucristo a la tierra y finalizará con el Juicio del Gran Trono Blanco. Durante el mismo, Cristo reinará con sus santos desde Jerusalén sobre toda la tierra. El reino milenial traerá la salvación de Israel como nación y el establecimiento de la paz universal, cumpliéndose así uno de los más profundos anhelos de la humanidad.⁵⁰
3. El Lago de Fuego
El lago de fuego es el lugar donde pasarán la eternidad el diablo y sus ángeles, la bestia (el anticristo), el falso profeta y todos los que no se hallen inscritos en el libro de la vida. Este es el castigo dispuesto por Dios para todos aquellos que se rebelan contra Él.⁵¹
4. El Cielo Nuevo y la Tierra Nueva
El Cielo Nuevo y la Tierra Nueva es la morada final de los justos. La perfecta heredad que Dios ha preparado para los suyos.⁵² La creación de un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva ocurrirá luego que Dios
⁴⁹ 2 Tes. 1:7, Zac. 14:1-9, Jud. 14, 15; Dan. 9:24-27
⁵⁰ Zac.14:5; Mt. 24:25-30; Ap. 1:7, 19: 11-14
⁵¹ Ap. 20:1-6; Mr. 25:34; Ez. 37:21-22; Sof. 3:19-20; Ro. 11:26-27; Is. 2:4
⁵² Ap. 19:20, 20:10-15: Mt. 25:41-46; Jud. 7
haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.⁵³
Sección H. Enmiendas a la Declaración de Fe
Esta Declaración de Fe podrá ser enmendada por el voto afirmativo de tres cuartas de los registrados en la asamblea bienal internacional.

IDPMIRD

Somos una iglesia poderosa en Cristo, levantada como luz en medio de las naciones. Representamos con pasión el evangelio en República Dominicana, llevando esperanza, transformación y vida a cada corazón.

Ser una organización eclesiástica comprometida con la enseñanza bíblica integral, basada en la doctrina de Jesuscristo y la evangelización a través del Espíritu Santo.

El amor, la verdad, responsabilidad, integridad, honestidad, fidelidad, servicio, unidad, respeto a: la vida, a la persona y a la autoridad. Espiritualidad y ética moral.


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